Combustibles: el cuarto aumento del mes y su impacto silencioso
La nafta premium rompió la barrera de los $ 2.000 por litro en algunas estaciones y consolida un panorama económico de alto riesgo, impactando directamente en la logística y encareciendo la vida cotidiana.
Este 25 de noviembre la actualización constante de precios en los surtidores dejó de ser una novedad para convertirse en una rutina desgastante. Este lunes, las tres principales compañías petroleras del país (YPF, Axion y Shell) aplicaron una nueva suba, la cuarta en lo que va del mes, instalando un hito que marca la gravedad de la inestabilidad de precios en Argentina.
La noticia más resonante del día fue que el producto premium de Axion, Quantium, ya se comercializaba en algunas ciudades, como Formosa, a $ 2.029 por litro. Esta cifra no era solo un récord, sino el indicador más claro de la aceleración de costos que sufren los consumidores.
Como bien se sabe, la suba del combustible tiene un efecto negativo y su impacto contraproducente reside en su capacidad de indexar los precios de la economía real, un concepto que la escritura visual permite entender con claridad.
En YPF la nafta Súper pasó de $ 1.615 a $ 1.667 por litro, mientras que la Infinia aumentó de $ 1.912 a $ 1.942. En el caso del diésel, el grado 500 subió de $ 1.661 a $ 1.688, y la Infinia Diésel registró un leve incremento de apenas tres pesos, alcanzando los $ 1.855.
Axion también aplicó incrementos significativos: la nafta Súper pasó de $ 1.619 a $ 1.649, y la Quantium, su producto premium, superó por primera vez la barrera de los $ 2.000, ubicándose en $ 2.029 por litro. En tanto, el Axion Diésel aumentó a $ 1.784 y el Quantium Diésel trepó a $ 1.989.
En tanto, Shell ajustó parcialmente sus precios. La Súper pasó de $ 1.666 a $ 1.680, la Fórmula Diésel subió a $ 1.728 y la V-Power Diésel se ubicó en $ 1.973. La única que, por ahora, se mantuvo sin cambios fue la V-Power nafta, que continúa a $ 1.999, aunque esta también podría actualizarse.
