Las elecciones legislativas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) se perfilan como un evento crucial, no solo por la diversidad de candidatos, sino también por las distintas visiones de país que representan. El uso de la Boleta Única Electrónica (BUE) busca modernizar el proceso electoral, con más de 120 puntos de capacitación para garantizar que los ciudadanos estén familiarizados con este nuevo sistema.
Candidaturas y espacios políticos
El oficialismo, representado por Buenos Aires Primero y encabezado por Silvia Lospennato, se presentará como la continuidad de un modelo que prioriza el desarrollo urbano. En contraste, Volvamos Buenos Aires, liderado por Horacio Rodríguez Larreta, propone una visión de cambio que, aunque se alinea con el oficialismo en algunos aspectos, aboga por una mayor participación ciudadana y un enfoque en la seguridad.
Por su parte, Es Ahora Buenos Aires, con Leandro Santoro a la cabeza, se posiciona como una alternativa progresista, centrada en la inclusión social y la justicia económica. La Libertad Avanza, bajo Manuel Adorni, representa un enfoque más liberal y conservador, promoviendo políticas de mercado y una reducción del gasto público.
Otros frentes como Evolución, liderado por Martín Lousteau, y partidos de izquierda y ultraconservadores, añaden una capa de complejidad al panorama electoral, cada uno con propuestas que reflejan sus ideologías y modelos de país.
La falta de Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) en 2025 ha llevado a una definición temprana de las candidaturas, lo que intensificó la competencia entre los distintos espacios políticos. Cada candidato no solo buscará captar el voto, sino también establecer un relato que resuene con las preocupaciones de los ciudadanos en un contexto de incertidumbre económica y social.
Los oficialistas promueven una continuidad de sus políticas, mientras que los opositores critican la falta de atención a problemáticas sociales urgentes, como la pobreza y la desigualdad. Esta dicotomía pone de manifiesto la polarización en la que se encuentra la política argentina, donde cada candidato debe justificar su propuesta y su capacidad para abordar los desafíos actuales.
Las elecciones del 18 de mayo en CABA no solo determinarán la composición de la legislatura local, sino que también reflejarán las tensiones y aspiraciones de una sociedad en búsqueda de respuestas a sus problemas más acuciantes.
La diversidad de candidaturas y el uso de la BUE son indicativos de un sistema electoral en evolución, que deberá enfrentar el desafío de conectar con una ciudadanía cada vez más crítica y demandante.
Con visiones de país tan divergentes, los votantes tendrán la responsabilidad de decidir qué modelo quieren para el futuro de la ciudad.