Este 4 de febrero, una crisis energética sin precedentes afectó a la provincia de Formosa y otras regiones argentinas, dejando a miles de familias sin suministro eléctrico durante casi tres horas. Este corte se produjo en medio de una ola de calor extremo, donde las temperaturas alcanzaron cifras alarmantes, exacerbando el sufrimiento de una población que depende de la energía para su bienestar diario.
El gerente de REFSA, Benjamín Villalba, no dudó en señalar al Gobierno nacional como el principal responsable de esta situación. La falta de mantenimiento del sistema eléctrico, que ha sido objeto de críticas en numerosas ocasiones, culminó en un colapso que dejó a miles de ciudadanos a merced del calor agobiante.
En respuesta a esta crisis, el Gobierno provincial, encabezado por Gildo Insfrán, implementó una medida de emergencia: la subvención del 100% del Valor Agregado de Distribución (VAD) para más de 106.000 familias afectadas. Esta decisión, que implica un costo mensual de $ 1.400 millones, buscará mitigar el impacto del tarifazo y aliviar las facturas de los usuarios de bajos y medianos ingresos, con reducciones estimadas entre un 36% y un 40%. Sin embargo, la efectividad a largo plazo de estas medidas es cuestionable.
La crisis energética no solo pone de manifiesto la precariedad de la infraestructura eléctrica en Argentina, sino que también resalta las consecuencias negativas para la población. La dependencia de la energía para el funcionamiento de aires acondicionados, refrigeradores y otros electrodomésticos vitales se ha vuelto crítica, especialmente en un contexto de temperaturas extremas. La falta de electricidad no solo afecta el confort, sino que también pone en riesgo la salud de los ciudadanos, aumentando la vulnerabilidad de aquellos con condiciones médicas preexistentes.
Además, la falta de sensibilidad y previsibilidad del Gobierno nacional ha sido evidente. La incapacidad para anticipar una crisis de esta magnitud, en un país donde las olas de calor son cada vez más frecuentes, plantea serias dudas sobre la gestión de la política energética. La falta de inversión en infraestructura y el mantenimiento adecuado del sistema eléctrico son factores que han contribuido a esta situación, dejando a la población expuesta a situaciones de emergencia.
En conclusión, el masivo corte de energía en Formosa y otras provincias argentinas no es solo un evento aislado, sino un reflejo de una crisis estructural en el sistema energético del país. La respuesta del gobierno provincial, aunque bien intencionada, plantea interrogantes sobre la sostenibilidad y efectividad de las medidas a largo plazo. La población, que ya enfrenta desafíos significativos, se encuentra en una encrucijada, donde la necesidad de una política energética sólida y predecible se vuelve más urgente que nunca.