En su informe interino de septiembre, La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico - OCDE - revisó drásticamente las previsiones de crecimiento, señalando un horizonte obscuro para la economía mundial y, en particular, para la Argentina de Milei, donde anticipó una profunda caída del PBI y una inflación descontrolada.
Este informe reveló que las proyecciones para este año se redujeron en 0,7 puntos porcentuales en comparación con el análisis anterior, reflejando un entorno económico más desafiante de lo esperado.
Para el año 2025, estimó un crecimiento del 3,9 por ciento, cifra que aún resulta insuficiente para compensar el deterioro proyectado para 2024. Este ajuste resuena en un contexto global donde las tensiones económicas y políticas han generado incertidumbre y volatilidad en los mercados.
En el caso específico de Argentina, el informe es especialmente alarmante. Prevé una caída del Producto Bruto Interno (PBI) del 4 por ciento, lo que representa una revisión a la baja de 0,7 puntos respecto a las estimaciones anteriores.
Esta contracción económica se acompañará de una inflación que alcanzará el 147,5 por ciento en 2024, con una ligera disminución proyectada al 46,7 por ciento en 2025, cifra que aún duplica las expectativas del Gobierno en su presupuesto.
El informe también destacó que para que la inflación de los precios de los servicios vuelva a niveles manejables, será necesario que disminuya en al menos un punto porcentual en muchas economías.
La depreciación de las monedas en Brasil, Argentina, México y Turquía ha tenido un efecto mixto. Si bien ha respaldado los ingresos de exportación, también ha incrementado los costos del servicio de la deuda denominada en dólares, lo que ejerce presión adicional sobre la inflación en estos países.
Finalmente, proyecta que la inflación podría regresar a los niveles objetivo en la mayoría de los países del G20 para finales de 2025. Sin embargo, este pronóstico depende de múltiples factores, incluyendo la estabilidad política y la efectividad de las políticas monetarias implementadas por cada nación.
En resumen, el informe de la OCDE no solo pinta un panorama sombrío para la economía global, sino que también resalta la fragilidad de la situación económica en Argentina, donde los desafíos inflacionarios y la contracción del PBI podrían tener repercusiones significativas en la vida cotidiana.